El fracking es una técnica para extraer gas natural de
yacimientos no convencionales. Se trata de explotar el gas acumulado en los
poros y fisuras de ciertas rocas sedimentarias estratificadas de grano fino o
muy fino, generalmente pizarras o margas, cuya poca permeabilidad impide el
movimiento del gas a zonas de más fácil extracción.
Para ello es necesario realizar cientos de pozos ocupando
amplias áreas (la separación entre ellos ronda entre 0,6 a 2 km) e inyectar en
ellos millones de litros de agua cargados con un cóctel químico y tóxico para
extraerlo.
(Se sabe que hay al menos 260 sustancias químicas presentes
en alrededor de 197 productos, y algunos de ellos se sabe que son tóxicos,
cancerígenos o mutagénicos).
No es fácil determinar en qué zonas se va a aplicar el
fracking, ya que las empresas no están obligadas a decirlo hasta que se perfora
el pozo.
Las empresas dedicadas al fracking han creado un lobby:
Shale Gas España.
¿Qué peligros tiene para la salud y el medio ambiente?
Riesgos durante la perforación: Riesgos de explosión,
escapes de gas, escapes de ácido sulfhídrico (muy tóxico en bajas
concentraciones), y derrumbes de la formación sobre la tubería.
Contaminación de acuíferos: Posibilidades de que una de las
fracturas inducidas alcance un acuífero, contaminando el agua con los fluidos
de la fracturación y con el propio gas de la formación que se pretende extraer.
Contaminación del aire: Muchos de estos aditivos son
volátiles pasando a la atmósfera directamente. Este es un gas de efecto
invernadero mucho más potente en la atmósfera, que el propio CO2, en concreto,
23 veces más potente que los gases que se generan en su combustión.
Terremotos: Se ha constatado un aumento de la sismicidad
coincidiendo con los periodos de fracturación hidráulica. De singular
peligrosidad en las cercanías de centrales hidroeléctricas, nucleares, centros
logísticos de almacenamiento de combustibles, refinerías, oleoductos, etc.
Ocupación del terreno: Se suelen perforar de 1.5 a 3.5 plataformas
por km2, con una ocupación de 2 hectáreas por cada una, lo que supone un gran
impacto paisajístico.
Especulación económica: Se deja entrever una gran fuerza de
los lobbies energéticos estadounidenses para vender el producto de su
experiencia e investigación tras años de ensayos y errores. Puede entrar en
juego la especulación de que cada país haga creer a los demás los ricos
potenciales de este gas que en su interior albergan sus subsuelos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario